Imagen: archivo soyrojinegro.com
Nuestro padre tenía una distribuidora que se llamaba El Regreso y cuando le preguntaban por qué ese nombre él decía: «Los clientes vienen, cotizan precios y después terminaban regresando». Por eso le puso así. Pues hoy este regreso del que hablamos no es el de los clientes de un almacén, es el tan esperado regreso del equipo de nuestros amores: ese llamado Cúcuta Deportivo. Ese que llevamos en el corazón y por el que tantas veces hemos sufrido y, por qué no decirlo, el que amamos.
Hace un tiempo a nuestro Cúcuta lo habíamos enterrado junto con un mundo de recuerdos, le hicimos duelo. Lloramos, insultamos y hasta se burlaron de nosotros porque directivos y políticos fueron incapaces de manejar lo que ahora están reviviendo. Es que cuando las cosas se hacen mal, salen mal. Digo reviviendo porque en el ambiente se asegura que no hay nada que la plata no pueda solucionar, en parte esa es la razón, por la que el equipo dejó de «existir» en el círculo llamado DIMAYOR, pero en parte fue como un seguro de vida que le dieron a José Augusto Cadena, para que no perdiera su capital y para que no se volviera una especie de expropiación de un ente público sobre uno privado, eso a mi entender.
Cadena ha tenido que ir al infierno, subir al cielo y a cuanto rincón puedo ir para salvar su patrimonio, y que se reactive lo que perdió con sus propias manos frente a una defensa férrea del IMDR y de la Alcaldía de Cúcuta, que no quisieron ceder a nuevo trato en el proceso de reorganización y por tal motivo, La Superintendencia de Sociedades lo mandó a liquidación. Aquel doloroso día 11 de noviembre de 2020.
Pero para qué extendernos más en el cuento que ustedes y nosotros conocemos como una tragedia. Ahora bien, nos remitimos a lo que se está «cocinando» en lo que sería la resurrección del Cúcuta Deportivo. El plan se activó, se han manejado varias salidas. Desde la renuncia del famoso liquidador Arturo Acosta Villaveces, con el nombramiento de un nuevo liquidador que llegó Rodrigo de Jesús Tamayo Cifuentes y el acercamiento de un hombre que nació en Cúcuta, Eduardo Silva Meluk, quien fue determinante en la reestructuración de Millonarios y Medellín, ahora aparece en escena para activar el plan de resurgimiento del equipo de la frontera.
Se han hecho varias tareas. Primero llamar un grupo de jugadores que están entrenando en el municipio de Bello bajo las órdenes de Aquivaldo Mosquera, esto por si el equipo recupera su lugar en la DIMAYOR jugaría en la categoría B, pero también se asegura que si va a la A, el entrenador sería el argentino Rubén Alejandro Tanucci. Aquel de pelo ensortijado lo recordamos por ser el ayudante de Lucas Pusineri, en ese inolvidable equipo que logró el ascenso en 2018, con una campaña memorable.
En el tema administrativo también se hacen esfuerzos para conseguir el regreso. En las últimas horas, Acolfutbolpro, la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales, publicó un aviso en redes sociales en el que se le dice a los futbolistas que fueron reconocidos como acreedores dentro del proceso de reorganización del Cúcuta Deportivo, ante la Superintendencia de Sociedades, que el próximo 19 de enero se vence el plazo y deben acreditar para que sea reconocida su deuda.
¿Qué debe pasar? En teoría, el equipo con inyección económica paga a sus acreedores y de la liquidación el equipo debería regresar a un proceso de reorganización. Entonces una vez debe hacer todo lo pertinente para recuperar su reconocimiento deportivo y por ende la afiliación a la Dimayor. La forma quizás sea esa, pero lo que no sabemos es el fondo, cómo se va a dar. Lo que sí está caminando es EL Regreso. Ojalá sea lo mejor para los hinchas, que seguimos de pie y queremos volver a ver en el campo a nuestro equipo amado.