En Cúcuta, el local fue Llaneros

En Cúcuta, el local fue Llaneros

Tarde negra. Otro encuentro que quedará en los registros históricos como uno de los peores partidos del Cúcuta Deportivo desde su regreso a la B, fue el que vieron ayer los casi 3.200 espectadores que llegaron hasta el General Santander con la ilusión de soñar con una semifinal, pero salieron desinflados y sin ganas de volver.

Un Llaneros ordenado y sobre todo con una propuesta clara de juego, fue el que se llevó los 3 puntos de la frontera, y aseguró más del 50 por ciento de la  clasificación a la siguiente fase.

Los primeros 45 minutos de juego fueron de las peores primeras partes que el once rojinegro jugó en su casa.

Los villavicenciunos vinieron a la frontera a proponer un juego ordenado con una formación 4-4-2 que pocas veces se quebró.

Las diferencias de ambas escuadras en el campo de juego eran abismales. El Cúcuta pareció un invitado más a la exhibición de fútbol que  ofreció  el conjunto de Villavicencio.

Al minuto 8 del partido, una falta ingenua de la defensa motilona al borde de la línea de fondo, provocó el tiro libre que derivó en la primera anotación de la visita.

Manuel González cobró la falta, y la zaga del Cúcuta hizo agua. Entre Del Castillo, Valdés y el portero Mosquera terminaron metiendo el balón en su arco.

El árbitro central le dio la anotación a Armando Maldonado, y el gol llegó gracias a la generosidad de una defensa rojinegra que vivió una de sus peores tardes.

Las cosas no iban a cambiar con el gol, Llaneros, que se adueñó del partido  en ese instante y que parecía el local, volvió a marcar, 7 minutos más tarde, luego de una jugada brillante que nació en los pies del habilidoso lateral izquierdo, Harrison Canchimbo, quien sacó a pasear al central Diego Valdés y centró para que Henrique Soto marcara solo, de cabeza.

Un 0-2 lapidario que le desinfló  las ilusiones a la  hinchada, molesta a esta altura del encuentro con la floja presentación de su equipo.

Poco cambió en la segunda parte. El técnico Héctor Estrada, desde el pitido inicial del segundo tiempo  puso todas las cartas en juego, y mandó a la cancha a Yuberney Franco y Cristian Lasso, en reemplazo de Mauricio Marín y Leonardo Lázaro.

La fórmula de dos delanteros por dos volantes, se mostró sobre el papel, pero no en la cancha, cuatro  atacantes, es decir, los recién ingresados, más Jonathan Palacios y el zuliano Víctor Uribe. Sin embargo, el once fronterizo no logró la ofensiva esperada. Llaneros supo aguantar la superioridad de atacantes del Cúcuta, y nunca vio en riesgo su pórtico.

Lasso aportó movilidad por las bandas, pero sin la efectividad que es la que ha faltado durante todo el torneo para concretar las opciones de gol.

El planteamiento inteligente del técnico Huber Boderth mantuvo  el 0-2 para los villavicenciunos hasta el final del compromiso, donde el público terminó, como en otras tardes, abucheando a sus propios jugadores.

El partido de vuelta será el próximo miércoles en Villavicencio. Allá, el conjunto  rojinegro tendrá la complicada tarea de remontar un marcador adverso pero, sobre todo, mejorar en su fútbol que hasta el momento no ha sido pobre.

Los números que debe manejar son: empatar a dos goles y forzar la definición desde el punto penal o ganarle a Llaneros por tres o más goles para ir a la próxima ronda.

Al final del encuentro, los jugadores de la escuadra cucuteña mantuvieron la boca cerrada y evitaron a la prensa deportiva que infructuosamente intentó conocer una reacción en torno a la pérdida en esta fase tan importante, en la búsqueda de salir de la B

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