La sufrida noche del ascenso

Fue el día, o mejor la noche que se logró el regreso a la A, pero fue la noche que por poco y se convierte en pesadilla, una noche no tan fría, pero si que helaba los nervios del aficionado cucuteño y quindiano. En la cancha había batalla, uno de los dos ascendía y el otro se quedaba en la categoría B.

Otro protagonista cobró vigencia en el campo, el central Ulises Arrieta, quien se fue equivocando en decisiones, como el cobrar un tiro de esquina a favor del Quindío, cuando nunca salió la pelota y que originó el gol de la ventaja parcial 2×1 de los cafeteros.

Luego el permitir que Marcos Lazaga anotara con la mano el empate 2×2 para el Cúcuta. Esto ha generado y en su momento generó comentarios justificados que manchan esta gesta del equipo, lo que más mancha es que el jugador no acepte en declaraciones posteriores que lo hiciera con la mano, queríamos ascender no de cualquier manera, queríamos ascender porque se hizo el esfuerzo económico de juntar esos jugadores de experiencia a un grupo que el año anterior perdió muchos partidos por la falta de este tipo de hombres que llegaron al equipo.

En la tribuna motilona, se sufría, en la del Quindío había quizá o mas cuota de sufrimiento porque al resultado le dieron vuelta y no pudieron mantener esa ventaja por lo que hoy ven como un atraco, un robo, una injusticia.

El juez se equivocó y eso dejó empañada esta clasificación, como la empañó nuestro jugador, somos hinchas, pero sabemos que el fútbol es larga lista de errores y aciertos, pero lo que si no se equivocó el hincha es dejar plasmada su pasión, aun esta el sabor dulce de la miel en los labios por llegar a la A, pero trae consigo un pequeño amargo.

Al final del juego el hincha se fue entra la euforia, la pena a celebrar y va a seguir celebrando porque ya nadie nos quita lo bailado, el equipo vuelve a Primera y ahora tendrá que borrar la mala imagen, acortar la diferencia de puntos con la que arranca el promedio y para ello deberá contratar otros jugadores para fortalecer este grupo que demostró que puede dar batalla en la máxima categoría.